domingo, 30 de diciembre de 2018

Camina con nosotros




El Buda reside en nuestro corazón, al igual que Dios. Dios y el Buda no son dos cosas distintas. 
No te dejes engañar por las palabras y las expresiones. Aquella fruta amarilla a la que le sacas la piel se llama chui en vietnamita y plátano en castellano, pero es la misma fruta. La naturaleza esencial de todos los seres vivos es la naturaleza búdica. 
Dios y nosotros no son dos existencias separadas. El Buda y tú no sois dos realidades separadas.  Tú te encuentras en el Buda y el Buda se encuentra en ti. Cuando estamos realmente practicando, vemos que tenemos la misma esencia del amor, la plena consciencia y la comprension de todos los grandes seres. Dios y nosotros estamos hechos de la misma sustancia. Entre Dios y nosotros no hay ninguna diferencia, ninguna separación.
(Thich Nhat Hanh)

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